Los Antiguos y los Nuevos dioses
En los Siete reinos de poniente la religión dominante es la Fe de los Siete, traída por primera vez a sus costas por los Ándalos hace unos 6.000 años. Pero hay algunos que aún mantienen las antiguas costumbres, venerando a los dioses sin rostro... de los Niños del bosque y de los Primeros Hombres. Los dioses antiguos son espíritus de la naturaleza, incontables y sin nombre. En la antigüedad los Niños del Bosque tallaron rostros en los troncos de los arcianos, y se convirtieron en símbolos sagrados de su fe. Con el tiempo los primeros hombres adoptaron como propios a los dioses de los Niños del bosque. La mayoría de los castillos de esa época tenían un bosque de dioses con un arciano o árbol corazón en el centro.
Los invasores destruyeron la mayoría de los arcianos en la tierras del Sur, asesinaron a los Niños del bosque aya donde los encontraron, y conquistaron cada reino de los Primeros Hombres, excepto el Norte. Con el tiempo, la Fe de los Siete se extendió como el fuego Valyrio a través del mundo. Los Siete es una única deidad con siete aspectos, y cada uno de ellos simboliza un área diferente de la vida, aunque la mayoría de la gente se refiere a los Siete como dioses diferentes. A la madre se le implora compasión, y vela por la fertilidad, los nacimientos y la paz. El Padre juzga las almas. Al Guerrero se le implora protección, valor y habilidad en la batalla. La Vieja es el símbolo de la sabiduría y la providencia. El Herrero vela por la creación y por la artesanía. La Doncella simboliza la pureza, amor y belleza. Finalmente, esta el Desconocido, al que raramente se le implora, que representa la muerte.
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